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lunes, 9 de febrero de 2015

Nuevo blog, cierro este

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jueves, 5 de febrero de 2015

El miedo a lo desconocido



La peluquería es un palco excelente para escuchar el murmullo callejero sobre el momento. Y el momento para la gente es opinar de Podemos, prestar más atención a Grecia, abrigarse del frío invernal y continuar como bien pueda su camino por la vida. Sin nombres ni cifras pero con corazón.

En la silla de al lado hay un hombre, pienso que jubilado, con el pelo a medio tintar. Habla con franqueza acerca de la posibilidad de un cambio político en España y de los riesgos que acarrea. Cita al presidente del BBVA, a Alemania y, como no, a Grecia, su referente mental de lo que puede suceder aquí. Para él, Ángela Merkel es "la Rottenmeier esa" y el nombre de Tsipras muta en un explosivo "Kipras", A Rajoy lo enviaba a reeducación ipso facto y de Pedro Sánchez, en fin, "pobre Pedro Sánchez", dice.

La peluquera, que ha encajado el envite con profesionalidad, se lanza al contraataque mentándole a la madre "del palurdo del coletas" y a esa masa de "chiquillos con ganas de joder". Es entonces cuando da comienzo un bello combate. 

Tras un intercambio de golpes lingüísticos más bien sucios, la peluquera saca a relucir su enorme experiencia en este tipo de reyertas haciendo uso de los pronósticos demoledores: "La alemana dice que para gobernar hay que tener experiencia y éstos de Podemos, ¡que nos llevan a la ruina! ¡que lo dicen en la tele, por dios! 

La pelea está ahora en el centro de un imaginario cuadrilátero. El señor embadurnado no se amilana ante el sorprendente argumento de su peluquera,  y le devuelve el golpe con un nítido "¿y esperas creer a los mismos que nos trajeron esto? ¿A los mismos que han robado todo lo que han podido?". El veredicto es incierto pero no cabe duda de que la peluquera ha sentido el directo lanzado por su cliente y amigo. 

El tono ha subido varios grados pero ninguno olvida el motivo que les tiene encarados dentro de una peluquería. Una sigue tiñendo, el otro recibe el tinte con pasión juvenil. Ya no recuerdan cómo empezó el debate pero parecen decididos a aplastar a su oponente y, por el momento, todavía amigo.

"Hay miedo a lo desconocido, a que ganen y tengamos que esperar cuatro años para volver a cambiarles", contemporiza la peluquera, cuya ofensiva comienza a dar los primeros síntomas de flaqueza. Quizá es una maniobra inteligente para apagar el incendio. "Pero también hay miedo a quedarse sin nada, a otros cuatro años de tiempo gris", responde obstinado el hombre que quiere que termine de camuflar sus canas. 

Asoman los primeros indicios de que la escaramuza acabará en un armisticio. Los dos se prometen rezar para que los griegos consigan su propósito. "No me cae bien la Rottenmeier esa", reconoce el señor que, a estas alturas, ya tiene el pelo tintado de negro aunque todavía húmedo. "A mi, ¿Kipras dices que se llama?", pregunta la peluquera. El hombre asiente complaciente. "Digo que Kipras no me parece lo serio que se le supone a un presidente. Los presidentes van con corbata". 

Por primera vez, el señor del tinte le pide que termine, que ya va siendo hora. Tiene el rostro congestionado. "¡¿Que no te parece serio, dices?!. Y Rajoy, ¿qué te parece?", exclama son síntomas de sofoco. 

El resto no tiene ya mucha historia salvo la despedida. "Mira, reconozco que no entiendo de política pero estoy harto de todo", dice el hombre de pelo, ahora sí, negrísimo y sequísimo. "Ni yo y te digo que no creo a los políticos. A ninguno. A Rajoy al que menos", sentencia la peluquera. Luego me mira con una sonrisa enigmática mientras juguetea con las tijeras que tiene en el bolsillo. Es mi turno.

miércoles, 4 de febrero de 2015

El cáncer, ese enemigo


Pocos deben de ser los afortunados que no han recibido el impacto de esta temible enfermedad. En vuestra familia, en nuestro propio cuerpo. El cáncer se ha convertido en un compañero maldito de nuestra existencia. En el enemigo a batir. En algunos casos no sólo destruye sino que también estigmatiza. Sacude nuestra condición de personas hasta dejarla casi fuera de combate. Por eso nos resulta emocionante observar la dignidad con la que muchas personas libran su batalla. 

Recuerdo hace unos años a la diputada Uxue Barkos subir al estrado de oradores del Congreso armada con un pañuelo pirata y un cuchillo imaginario entre los dientes. Cubría con dignidad las cicatrices del alma y con una sonrisa, los estragos de la enfermedad. Una guerrera de la vida. Hoy ahí sigue, en primera línea entre la legión de ciudadanas alegres que combaten bajo la misma bandera: la de la vida. Puede resultar complejo entenderlo cuando la fortuna nos ha mantenido alejados de esta sima abisal. 


Hoy celebramos el día mundial contra el cáncer, y el de mama como el de útero, páncreas o pulmón, conforman una de los más devastadoras enfermedades a nivel mundial. Ataca directamente a la condición del ser humano acorralando los deseos de vivir. De ahí el valor de la resistencia y la fuerza interior. Se piensa en la quimioterapia y en la cirugía. En lo peor. 

Pero entre tanta espesura de pavor, cada día hay más esperanzas. Por eso hoy coloco una hermosa foto, sensual, aquilatada, sugerentemente táctil y hasta parece que desprenda un aroma a fresa. No podía ser de otra manera cuando lo que insuflamos hoy a todas las mujeres y hombres con esta celebración son ánimos para seguir luchando por ellos mismos porque haciéndolo también lo hacen por todos.

lunes, 2 de febrero de 2015

Bajo el puente (I)



No me resulta fácil contar esta historia, pero temo que de no hacerlo, acabe perdiéndose en los vericuetos de mi cabeza y con ella también mi cordura. Comenzó hace exactamente cinco años bajo el puente de San Marcial, en un pequeño pueblo de la cuenca minera asturiana, y no sé si ha terminado. Allí apareció el coche que un día antes me habían robado. El caso no hubiera tenido mayor trascendencia para la investigación salvo por un detalle: en el maletero encontraron el cuerpo de una mujer.

Estaba desayunando cuando la policía llegó a mi casa dispuesta a arrancarme respuestas. Entre los objetos encontrados había un anillo, un teléfono y el último número registrado era el mío. Por eso vinieron a buscarme. Necesitaban un detalle, cualquier dato que sirviera para identificar el cadáver y orientar una pesquisa que en ese momento era indescifrable. Durante una hora no dejaron de hacerme preguntas sobre las mismas cosas cambiando el orden de las palabras. Y siendo sinceros, aunque ahora lo comprenda todo, en aquel instante no tuve la valentía de reconocer que conocía las respuestas. La víctima se llamaba Ana y aquel anillo que me mostraban una y otra vez era mío. 

Procuré colaborar con los agentes en todo lo que pude y revelé los detalles a mi manera, entre el disgusto por el robo y una supina incredulidad por la aparición del cadáver. No sé porqué lo hice. Quizá debí contarlo todo pero no me arrepiento de mi silencio aunque aquello resucitara un grave problema de remordimiento.

Hacía más de dos años que no sabía nada de ella y su recuerdo dormitaba ya en el disco duro de mi memoria. Había cambiado de número de teléfono cuatro meses antes pero aun guardaba el antiguo que muchas noches lo encendía con la esperanza de que un día me llamara, algo que jamás ocurrió. Salvo la noche anterior.

Nada de esto dije a los dos policías que vinieron a mi casa. Muy correctos pese al bombardeo de preguntas, se limitaron a verificar mi móvil, a preguntarme por el vehículo y el anillo, una ancha alianza de acero con tres muescas, y a indagar en mi vinculación con Asturias, donde pocas veces he estado. También comentaron que ninguna de las huellas dactilares encontradas en el vehículo servían para la investigación. El cuerpo estaba irreconocible y junto a él había una cámara de fotos y un par de guantes de látex utilizados durante el robo. Ni una pista más. Me mostraron las fotos del atestado por si reconocía algo, quizá el paisaje, aquel puente del fondo en el que tantas palabras dejé, el de San Marcial

No me acusaban de nada, pero el hecho de que el coche fuera mío y la última llamada se realizara a mi viejo número parecía demostrar que existía alguna relación entre nosotros. ¿o no?

Sí, claro, por supuesto que sí pero como pueden comprobar hace mucho tiempo que cambié hasta de modo de vida. Además, la víctima pudo haber marcado aquel número al azar en un momento de desesperación. De todas formas, quiero que sepan que cuentan con mi total colaboración. Pueden revisar el apartamento si lo desean, aquí tienen el teléfono para que comprueben todas mis llamadas y tienen a su disposición los nombres de mis amigos por si los necesitan.

Fue entonces cuando los dos policías me explicaron el escenario en el que trabajaban, con las dificultades de un extraño caso en el que un número y un coche era todo lo que tenían para recomponer un puzzle. El forense aun tardaría algunas semanas en identificar el cadáver. Poco después se despidieron sin alterar el desorden de las casas que habito, con el expediente de la visita firmado y el aviso de que cuando tuvieran la identidad de la persona, me lo comunicarían.

Me quedé varias horas aturdido. Sentado en la misma posición hasta que mi cuerpo comenzó a desmoronarse por el impacto del suceso. Hacía dos años que no hablaba con ella, El tiempo que necesité para olvidarla, para asumir la compañía de su pérdida para siempre. Porque el último día que la vi quedó claro que esa vez sería la última. Durante los siguientes meses no tuve muchas noticias suyas pero supe que estaba construyéndose una vida que le dirigía a un oscuro e innombrable desastre.

Ana era un singular fotógrafa, atractiva y muy estricta en sus decisiones. Un día cogió sus cámaras y se fue a Afganistán haciendo la cobertura para la agencia griega de noticias. Le pagaron fatal pero al final dejaron de hacerlo aduciendo que carecían de fondos debido a la crisis. De allí saltó a Pakistán, esta vez junto a un equipo de la televisión japonesa con quien poco después realizó un documental sobre el accidente de Fukushima y otro sobre el impacto de la radioactividad en la fauna marina. Luego regresó a España, nos vimos en una par de ocasiones y desapareció.




NOTA: Gracias al empuje realizado por mi amiga Carmen Dólera, actriz de teatro y escritora pasional, he comenzado este relato, el primero al que me enfrento en mi vida. Este es el primer capítulos de una serie corta que intentaré publicar aquí con periodicidad semanal. Espero aguantar el reto y terminarlo. Y si sufre retrasos, no será por pereza sino por una buena causa y seguro que más importante.

lunes, 26 de enero de 2015

¿Cómo creer a los periódicos?



Entre enfadado y decepcionado me he sentido al leer los titulares de la prensa española que hoy se vendían en los quioscos pero es que la entrevista concedida por Rajoy a Tele5 me ha rematado, me ha hecho revolverme en mi asiento.

Reconozco que ando caliente de tanta simpleza y descrédito. Ningún país europeo tiene una prensa tan análoga en docilidad, tan plana de contenidos, tan marcadamente partidista, como la que hoy existe en España. ¿Cuánto tiempo hemos esperado para que algún diario impreso plantee que la monarquía puede ser discutida desde muchas vertientes? ¿Alguno ha reflejado que los procesos independentistas que existen en España, como el de Cataluña o el País Vasco, pueden tener un fundamento ideológico en el mundo cambiante en el que nos encontramos más allá del aburridísimo juego electoral de miedos y fantasmas al que nos han llevado? ¿Sabemos cuál es el pensamiento de quienes reclaman la independencia, sin prejuicios preparados? ¿Qué conocemos de ellos, cuáles son los argumentos? 

Ahora en el plano internacional ha vuelto a ocurrir. ¿Por qué es populista Syriza y un motivo de reflexión general? ¿Acaso no lo es que la mitad de los griegos hayan perdido el 50% de su riqueza, que la pobreza infantil ronde el 40%, que los suicidios se hayan disparado hasta cotas inimaginables, que, en definitiva, millones de personas hayan sido reducidos por una economía de guerra, cuando no han sufrido ninguna, y que su deuda continúe creciendo hasta el 170% del PIB? ¿Puede denominarse a esto tranquilizador? ¿Son esos datos el resultado de una política responsable? ¿Alguien lo dice?

¿Por qué se aplican para destruir la reputación de un tipo que cobró una beca de aquella manera cuyo valor ascendía a ¡¡1800 euros!!!? ¿Y hay motivos para sentenciar de por vida a otro por cobrar 500.000 euros, también de aquella manera, mientras hacen lo imposible para que olvidemos el fraude, por ejemplo, de Bankia, de la Gurtel, de Valencia? Ningún medio dice ya que uno de los verdaderos sinvergüenzas de todo este descrédito usaba tarjeta black, fue vicepresidente del Gobierno, anda suelto y se llama Rodrigo Rato. 

¿Hemos olvidado que Rajoy escribió en serio aquel washapp para animar a su tesorero encarcelado y quienes hoy no encuentran calificativos para matarlo pusieron sus manos en el fuego por su honradez? ¿Que pruebas más se necesitan para procesar a estos políticos, para decir que ellos son el peligro, que ellos son los populistas y radicales? ¿Acaso alguien puede pensar que con semejantes antecedentes son gente responsable, de fiar? 

Y la prensa, ¿qué nos vende de ellos? ¿Cómo se escribe en España sobre una fuerza política que promete acabar con esta cleptocracia? ¿Hay miedo a contar la historia desde todos los frentes? ¿A ser despedido si se olvida quién ocupa el piso de arriba?

¿Por qué Otegi sigue en la cárcel? ¿Por qué Chávez era un Leviatán para el mundo? No son opiniones lo que busco, algo que pertenece al ámbito de mi privacidad o de la del director de un periódico. 

Hablo del periodismo, del estandarte de la libertad de pensamiento, no de esa muleta que utiliza el poder para imponer su criterio como algo absoluto. Lo que es correcto, cómo debemos comportarnos, lo que debemos temer, lo que nos beneficia. Esto pasa en nuestra prensa pero no en toda la que se imprime en Francia, en Italia, en Alemania, en Reino Unido, en Portugal ni en Grecia. Al menos no con tanto descaro coincidente. 

Tanta unilateralidad ha empujado a muchos a buscar prensa extranjera para completar su percepción sobre un hecho noticioso. Agradezco la cortesía porque he mejorado mi inglés y he avanzado un poco con el francés y el italiano. 

En esos países puedes encontrar periodistas que siguen bajando al infierno de vez en cuando para contarnos cómo les va allá abajo.

viernes, 9 de enero de 2015

Charlie Hebdo


Acaban de morir los presuntos autores de la masacre de Charlie Hebdo en París. Todo está resultando turbador, demasiado irreal, como una pesadilla que no termina de quedarse atrás, porque todo es cierto, está ocurriendo de verdad.

El unánime grito “Je suis Charlie” utilizado inicialmente como antídoto colectivo contra el mal que acompañó a esa matanza grotesca e inútil, ha comenzado a transformarse en no pocos foros en un “Je ne suis par Charlie” (Yo no soy Charlie). Hay una explicación al respecto

No le faltan razones al autor, José Antonio Gutiérrez D. para justificar la cochambre colosal de esta frágil civilización que habitamos, más preocupada por ahondar nuestra condición dividida, brutalmente a veces, que en conciliar estados de necesidad. Pero resulta turbador leer que el mal causado por los asesinos de 12 personas hinca sus raíces en la opresión manifiesta que Occidente practica contra muchos países musulmanes. Y, lo que es aún peor, que hay mucha hipocresía en el espanto causado por la matanza cuando ese mismo día en Yemen fueron asesinados medio centenar de ciudadanos ante la indolencia del mundo. Para cuadrar el círculo, este escritor considera que Charlie Hebdo es una basura grotesca cuyos éxitos más sonoros se sustentan en ridiculizar insolentemente al Islam. 

No comparto su opinión. 

Cierto es que en estas latitudes se lucha fieramente desde hace muchos años contra la obstinación de la política occidental por presentar a los musulmanes como la cantera mundial del terrorismo internacional y a Israel como su angustiada víctima.

Recuerdo que con motivo de los bombardeos israelitas en Gaza de 2008, el responsable de comunicación de la embajada hebrea en Madrid pidió al responsable de redacción del diario Público donde trabajaba la inmediata retirada de una viñeta en la que aparecía un soldado judío armado hasta los dientes pisoteando la cabeza de un palestino famélico. Su desairado argumento era la humillante utilización de todos los estereotipos lacerantes que los nazis manejaron contra su pueblo: nariz aguileña, brazalete con la estrella de David y barba blanca hasta el ombligo. 

Para nosotros aquello era una prueba de la enajenación que envolvía a un Gobierno obsesionado con un pasado espantoso incapaz de aceptar la crítica. No pasó nada y la caricatura, muy punzante por cierto, fue publicada del día siguiente aunque la presión contra el diario continuó durante varias semanas.

La realidad es que los israelíes han demolido miles de hogares palestinos en Cisjordania, han expulsado a miles de palestinos de sus tierras, han construido cientos de asentamientos ilegales en Gaza, Cisjordania y los Altos del Golán; han perpetrado matanzas estremecedoras como la de Dueima, Sabra y Shatila; han bombardeado, destruido e invadido países limítrofes hasta el punto de que, en la actualidad, ocupan territorio libanés, sirio, además del palestino, contraviniendo la ley internacional. “¿Puede todo esto jugar algún papel en el 'odio islámico’ que dicen combatir?”, se preguntó mil veces Edward Said, un pensador palestino de calibre largo. Pues sí.

Tanta ponzoña enraizada en Gaza, en Siria, Afganistán, Irak y otros tantos países confirman el avance de teorías que niegan todo principio ético del diferente. Como en los barrios marginales de toda Francia o en cualquiera de sus colonias, donde las autoridades galas jamás se han preocupado por la integración de sus hijos ni por el respeto a sus culturas. Sólo hace falta ir a Martinica, que parece más una réplica de Arcachon que un país caribeño.

Visto así tampoco soy Charlie Hebdo y no me gusta un pelo la dirección que nos señalan con el dedo los amos del universo.

Pero hay un elemento que aporta una cierta ventaja: El laicismo conquistado y que tantos muertos dejó en el laberinto de la Historia. Se trata de una frontera gruesa que cada día se apuntala ante los embates furibundos de unas religiones resentidas por ser arrinconadas a la privacidad del individuo. Gracias al laicismo podemos leer revistas de mal gusto, nos mofamos del cardenal, denunciamos al obispo por pederasta, hemos contenido una reforma prehistórica de la ley del aborto, retiramos los crucifijos de los centros oficiales y luchamos por imponer la ética ciudadana en los planes de estudio como alternativa a la religión.

Matar a Charlie Hebdo es atacar a esta realidad conquistada. En España, secuestraron una portada de El Jueves y todos pusimos el dibujo censurado en señal de protesta. Era una muestra de repulsa a los brotes censores que el sistema intenta imponer para frenar su miedo. Censurar, encarcelar, matar.



Con toda esta batería de presión en ebullición, lo lógico es que la situación navegue dramáticamente a peor, hacia el despeñadero, hacia la asfixia total. En Europa ya medra el fascismo por las hidras de la democracia. La misma cara de la moneda de quienes masacraron la revista francesa. Extremismos brutos. El islamismo no es radical ni todos los europeos somos arrogante. De hecho, una de las víctímas era musulmán 

En la plácida tarde de ayer, la policía detuvo en la entrada del Metro a unos chavales magrebíes para identificarlos. Según los agentes, había motivos sobrados para hacerlo: Se había colado sin billete. Según algunos usuarios los cazaron a lazo, porque su origen exhalaba una sospechosa imagen de ilegalidad, el recelo de ser un peligroso inmigrante. Después de media hora de registro, de preguntas y de espera, los chavales siguieron su camino. Es posible que llegaran tarde a una cita o a un trabajo. Pero eso era lo de menos. Identificarlos empieza a ser normal aunque a muchos nos parezca tan abstracto como la física cuántica.


Lo importante es que la razón de mierda que muchos pelagatos llevan dentro les asiste y justifica. Así nos va. Las llamas del enfrentamiento no retroceden. Avanzan. Hasta que todos quedamos ciegos y desdentados. La muerte hace unas horas de los presuntos autores de la matanza quizá pudo haber sido evitada. No lo sé. Por eso y porque considero que mi humor debe mejorar mucho, soy Charlie Hebdo. 

martes, 30 de diciembre de 2014

Striptease


Hace tiempo escribí lo que hoy me cuesta escribir. Mucho. Quería terminar una historia en la que ando pero no me llegan las ideas. Lo que ayer era el tema, hoy me parece algo lejano. Cuando se produce el cortocircuito entre mi cabeza y las manos sólo me queda el esfuerzo de superarme. Escribo porque vivo, pienso, y como estoy vivo escribo con el mismo ánimo que pondría en ascender una pendiente odiosamente vertical. Todo es más lento al principio y el teclado me parece la obra de un fakir. Duele apretar las teclas, queman. 

Vivo en Bilbao de tránsito y reconozco que algunas veces dudo si nacer tan cerca del arco de San Mamés fue una decisión acertada. Muchos dicen que tuve suerte. Mi abuela me lo repetía cuando era niño. Para ella, buena suerte era salir en bicicleta con otros niños y que todos regresaran heridos menos yo. O, como un día clamó mi padre con las manos extendidas al cielo: Suerte es que te despidan del trabajo y al día siguiente alguien te reclame para proponerte algo mejor.

Mala suerte es que te mueras de un cáncer fulmimante cuando comienzas a sentirte plenamente realizado, o tener un accidente de coche cuando vas a trabajar. Así se fue un buen amigo este año. Nos conocimos en el equipo de rugby del pueblo y eso deja huella.  

Me apasiona el rugby. A veces sueño que vuelvo a jugar pero mi sobrino ya me gana. Me entran sudores frios y entonces me despierto. Tengo el tabique nasal un poco torcido. Me la cinceló un cabrón que jugaba en el Ordizia de un puñetazo, aunque ya no me acuerdo de su puta cara. Olvido con facilidad ese tipo de caras y estoy contento de su obra.

Se olvidan los malos momentos. En una ocasión, los curas del colegio donde estudiaba llamaron a mis padres muy preocupados. "Su hijo se olvida de estudiar y tiene mucha inventiva. No sirve para esto", les dijeron. El disgusto inicial fue colosal. Debía de tener unos 12 años. Con el tiempo reflexionaron y no se resignaron. Me sacaron de aquel centro que para mi era un antro de intrigas palaciegas. Es verdad que veces se me ocurren ideas pero pocas veces aportan beneficios. Soy un desastre para los negocios, lo reconozco, tengo la mesa de mi escritorio llena de papeles desordenados y pierdo en los juegos de azar. Mañana, por cierto, tengo apalabrada un partida al Risk. 

Las balas que matan son las que no oyes pasar. Las que hieren suenan como el chasquido de un alambre en el aire. A Abel Ruiz de León casi le vuelan la cabeza en Bagdad por transmitir una crónica en directo para el programa de Gabilondo. Todos apostados en la otra acera gritándole que se tirara al suelo y él, nada, más erguido que un chopo a ver si le acertaban. Hoy prefiere no contar aquello. Lo ha borrado de su mente. 

Hay un cuento de Lord Dunsany en que los personajes dicen a modo de despedida: "Hasta que el recuerdo vuelva al corazón del hombre". Yo recuerdo que mi padre se compró un coche verde. Era su sueño y lo disfrutamos todos. Al poco tiempo de estrenarlo, le detectaron cáncer. Cuando ya no pudo conducir me lo cedió y el primer día el volante miré el cuentakilómetros: 483 km. Me pareció que el destino trampeaba con él. Eso tampoco se olvida. La vida posee un cincel imaginario que graba mensajes en la corteza del alma. Pocas semanas después de aquello mi padre falleció pero tuvo un entierro de rey, al aire libre, con las golondrinas jugando con el viento y un cielo turbulento que parecía un óleo de Turner. Un día de realismo mágico inolvidable. Y eso es lo que hay.

Epílogo. Algún día iré a Nueva Zelanda y este striptease mental me ha sentado de maravilla.

"Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido. En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón. (...) El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo: no corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede ser doloroso o consolador, sino a aquel en que se patentiza su ausencia definitiva. Es hacer nuestra la existencia de un vacío"

Carlos Piera, a Tomás Segovia. En el libro de Alberto Méndez, Los girasoles ciegos


domingo, 21 de diciembre de 2014

Solsticio de Invierno



Parece que estos dos oseznos pardos se han decidido a salir para dar un paseo. Bien juntitos, de la zarpa, como cachorros bien educados. Probablemente, su madre no ande lejos y así continuará hasta que los dos benditos de la fotografía cumplan un año y medio de vida. Entonces, cada cual se irá por su cuenta, en soledad, a buscarse la vida por los bosques canadienses o las zonas boreales de Suecia y Noruega, su gran paraíso. Pero aun es pronto para pensar a tan largo plazo. 

El tiempo de los plantígrados, como el del hombre de hoy, también se mide en horas, en días, en minutos, y no permite albergar esperanzas. Los protagonistas de la imagen nacieron en marzo, en la osera que su preñada madre preparó para hibernar. 

Ahora se acicalan para encarar con garantías un nuevo invierno, frío y seco, en Sprucedale, Ontario, Canadá, donde un grupo de conservacionistas ha creado un estupendo santuario para la rehabilitación de estos imponentes animales. Y mientras su sufrida madre se devana los sesos para llenar la despensa corporal que les servirá de escudo invernal, los dos ingenuos ositos como si nada: jugarán y jugarán hasta que caigan rendidos. 

Sin embargo, para ellos es un ejercicio necesario. Así aprenden a cazar, desarrollan los impresionantes músculos de la mandíbula y, lo más importante, agudizarán un instinto olfativo implacable para la búsqueda futura de alimento.

La vida es sueño, o juego, según se mire. Aunque visto desde otras latitudes, por ejemplo Europa, resulta cada día más difícil mirar con ojos benevolentes el devenir de los tiempos. La vida se ha tornado mercadería y el invierno, que a partir de hoy camina confiado hacia su fin, nos anima a postrarnos en una profunda hibernación.


lunes, 1 de diciembre de 2014

Los ultras del fútbol


La imagen que encabeza este post es reflejo de la enfermedad crónica que padece el fútbol. A veces no hay palabras ni citas que puedan resumir lo que sucede en este deporte, sólo en este deporte. A veces lo hacen los medios de comunicación deportivos, lo hacen las investigaciones policiales y la espera a la sentencia de un juez pero, ¿siempre tiene que ser así?. 

Hace unos años, el ex entrenador del Athletic Marcelo Bielsa respondió que la muerte de un seguidor de su equipo tras un pelotazo de la Ertzaintza le había provocado una terrible tristeza y lamentaba que el fútbol es, a veces, un segmento que replica situaciones de otros escenarios sociales.

Quizá el rugby deba de ser el espejo sublime donde se miren muchos de quienes sólo aman el fútbol. Su historia está plagada de ejemplos pero uno irrebatible se produjo hace unos pocos meses en Inglaterra. Como el próximo año se celebra el Mundial en ese país, las autoridades decidieron poner en práctica alguna medidas de seguridad preparadas durante la celebración de la semifinal de la Heineken Cup en Londres, algo así como la Champions del rugby. Jugaban Saracens y Clermont, ingleses contra franceses, y el tenso ambiente del inicio dio paso a una fiesta apoteósica con ambas aficiones mezcladas y disfrutando de la previa, de las dos partes, del famoso tercer tiempo y si me apuran hasta de un cuarto y de un quinto si los hubiera. 

¿Podría hacerse algo para que dentro de 20 años sucediese algo similar en el fútbol? 


La visita de los equipos vascos al Vicente Calderón son una auténtica tortura. Sus jugadores son insultados de manera generalizada con adjetivos que acompañan a su origen. En Bilbao también se crucifica al contrario poderoso, al Ronaldo altivo, al soberbio Maradona, al descarado Cruyff. Pero el instinto ultra que se respira en estadios como el Calderón está más arraigado. Es más primario, generalizado y agresivo. Conozco a seguidores de este club que pensaban que los monstruos no existían en su equipo hasta que supieron que llevaban toda la vida conviviendo con varios que cada domingo acudían a su estadio. 

¿Y del resto de escuadras qué? ¿Cuánto tiempo tendremos que seguir mirando hacia el abismo  de este deporte? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que somos incapaces de recuperar la honestidad que nos quita este enfrentamiento grosero, repleto de vejaciones al rival, que aplaudimos con las orejas? ¿Y si habláramos con los padres del niño de la foto de arriba?

Bielsa lamenta la proyección de las peores frustraciones sociales al mundo del deporte pero se revuelve contra su aparente inevitabilidad. Para mi, a veces no hay palabras ni citas que puedan resumir lo que pienso de esa parte apolillada del fútbol. A veces un partido, simplemente termina.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Podemos

Hace unas semanas publiqué este trabajo sobre Podemos en el diario El Correo. Con el vértigo nada despreciable que provocan los ríos de tinta que cada día se publican sobre la formación de Pablo Iglesias, esta doble página debería aportar algo de luz a aquellos que se atreven a escribir vulgaridades y descalificaciones destinadas a provocar miedo en los posibles electores y a desprestigiar públicamente a esta opción política impidiendo la visualización nítida de sus propuestas. No descubro nada con este comentario pero somos testigos del juego sucio que muchos aplican contra Podemos cada día. 

El bipartidismo trabado entre socialistas y populares desde hace tres décadas se resquebraja. Los sondeos colocan a Podemos, una formación surgida en 2013, a la cabeza en intención de voto directo de los ciudadanos y tercera en voto estimado.

El motivo del terremoto es diverso y está a expensas de muchos factores pero la irrupción arrolladora de Podemos es una jugada maestra. Cierto es que parte del trabajo lo ha hecho la realidad misma pero también que sus estrategas políticos han sabido combinar su visibilidad mediática con inteligencia para difundir el mensaje.

Para ello no han dudado en atraer del sangrante flanco del sistema a muchos abstencionistas y a aquellos que protestaron en el 15M y las “mareas”. Y con este material ha comenzado a laminar al resto de partidos. Desde Madrid a Andalucía, Comunidad Valenciana e incluso Cataluña, donde ha empezado a cimentar la enorme grieta abierta entre los dos movimientos tectónicos que han sacudido la política regional durante los últimos años. En el eco sin respuesta de que “la gente está harta del ininteligible bla-bla-bla vacío que se intercambian por turnos gobierno y oposición” es donde brota Podemos.

Pero la realidad es más compleja. El talento ha consistido en abrazar parte de los principios elaborados por dos grandes teóricos del postmarxismo, el argentino Ernesto Laclau (crítica a la ortodoxia de la izquierda y la democracia radical) y Antonio Gramsci, bañarlos de la realidad actual y granjearse el respaldo de los sectores más críticos del mundo universitario. Como recuerda el ensayista Santiago Alba en la campaña de las elecciones europeas “Podemos se definió como una propuesta transversal, al margen de ese eje tradicional izquierda/derecha que ha hecho, por ejemplo, de IU un partido centauro. Es decir, que abarca por arriba –apoyando al régimen actual- pero también por abajo -luchando contra él-”. 

Desde el primer día, Iglesias apoyó el derecho a decidir sobre la economía y sobre el marco jurídico y constitucional; explicó que su partido no ha llegado para sustituir a las organizaciones sociales, y su mantra sigue siendo que “la casta (el gobierno y sus derivados económicos) no tiene el poder garantizado”. Un miembro del movimiento Izquierda Anticapitalista que hoy compone el sector más crítico de Podemos añade que a todo eso también habría que añadir la gran cantidad de “carnaza trasnochada dirigida a los televidentes del sábado por la noche”. Todo un tratado que proyectó a escala nacional cuando su partido logró cinco escaños en las elecciones al Parlamento europeo celebradas en mayo. 

Pero no conviene dejar de lado que todo empezó en la universidad y que los despreciativamente conocidos como “perroflautas” aceleraron los principios de que una cruzada contra la sacrosanta visión de la democracia en vigor había comenzado. Una lucha a muerte contra la política de recortes personificada en el bipartidismo imperante, en opinión del profesor de filosofía de la UCM, Carlos Fernández Liria. “El panorama real de este país está siendo reinterpretado. Hay gente en el PP y en el PSOE que estaba encajonada en una casilla irreal. Podemos les va a abrir los ojos. Y el resultado va a ser muy inesperado”, sostuvo en una entrevista reciente que le realicé.

A la hora de calibrar en qué medida puede producirse un gran cambio en las elecciones municipales de 2015, conviene retener una declaración de Juan Carlos Monedero en febrero de 2013: “Sin liderazgo, sin programa y sin estructuras, aunque tengamos muchas ideas, no vamos a poder solventar todos los problemas que ahora mismo estamos teniendo”, adelantó. 

El genio de la dirección de Podemos ha consistido en seducir en un tiempo récord a miles de personas de todas las clases sociales e inaugurar un periodo inédito de “tripartidismo” en España pero ante el riesgo de presentar candidaturas poco fiables donde carecen de una estructura capaz de filtrar a quienes tratan de aprovecharse del influjo es visto desde la dirección como un riesgo innecesario cuando su objetivo real es La Moncloa. “Una grieta por la que PP y PSOE entrarían a saco”, responden desde la organización. Pero esta decisión ha generado tensiones que aun están sin resolver. “Este debate es extraordinario. La forma en que se ha constituido a sí mismo es una nueva forma de hacer política casi humillante para las otras fuerzas. En un marco como ése necesariamente tenían que salir a la luz las diferencias. Las hay y las habrá”, asegura el ensayista Santiago Alba.

La pregunta es si la formación de Iglesias tiene o no capacidad técnica en sus filas para gestionar la política pública en caso de ganar las elecciones generales y, lo más importante, si posee un programa económico aplicable al mundo actual pese a que aun sigue puliéndose en el laboratorio de los economistas Vicenç Navarro Juan Torres, Alberto Montero, Bibiana Medialdaea y Nacho Álvarez. Muchos son los que opinan que aplicar las fórmulas que algunos de sus dirigentes han esbozado en tertulias y entrevistas sería un riesgo de proporciones inimaginables, tal y como se acaba de explicar desde Barclays. Otros como el economista Antonio Roldán consideran que los pilares de su política económica –auditar la deuda pública, derogar las reformas laborales, reducir la jornada laboral a 35 horas semanales y garantizar la renta básica a los desfavorecidos- lograrían exactamente el efecto contrario al deseado: perjudicarían a los pobres, a los parados y a las pequeñas y medianas empresas. 
Santiago Alba resalta que este bombardeo de críticas responde al miedo que ha brotado en algunos sectores ya que, en su opinión, se trabaja sobre una propuesta keynesiana, es decir, socialdemócrata “que parece ser inasumible para el capitalismo y que adquiere, por eso mismo, una potencia revolucionaria. Hemos llegado a un extremo de control social en el que el “reformismo” es subversivo y se convierte en un poderoso motor de cambio”.

Sin embargo, el profesor Fernández Liria observa que el mayor problema habría que buscarlo en que si, llegado el caso, las manos ocultas del sistema dejarían gobernar a Podemos. La amenaza de Barclays se la toma en serio. “Lo van a intentar todo. Jugarán a todo tipo de chantajes patronales y financieros, alentarán una revolución naranja, movilizarán a sectores ultras de la población para generar violencia en las calles, intentarán generar miedo y amenazarán con el apocalipsis de los mercados”, afirma.

Una de las críticas más feroces contra la formación de Pablo Iglesias es el uso de mensajes populistas. Muchos analistas no tienen dudas, desde la invocación constante de “la gente” al protagonismo del pueblo en nombre de la igualdad. No importan los contenidos, aun siendo positivos si no se venden. “En cambio lo de la "democracia mola", y hay que apropiarse de la palabra, quitándosela al “enemigo”, lógicamente para imponer el propio producto en el mercado. Para entender a "Podemos", hay que mirar detrás de la máscara”, escribió hace escasas fechas Antonio Elorza en un incendiario artículo. 

Íñigo Errejón, que no tiene pelos en la lengua y que ha hecho del manoseado concepto materia de investigación académica, considera que “populismo” engloba a “todo lo feo, todo lo impuro de la política plebeya”, una acusación que, en su opinión, nace de la ilusión de que la política sólo puede ejercerse como fruto de una gestión meramente técnica, de negociación: “Populismo es prometer lo que piden los ciudadanos y luego darles lo contrario; eso que también llaman “electoralismo”, la mentira impune incorporada, como normalidad política, a la estructura del bipartidismo hasta ahora dominante”, sentencia Alba. 

Las próximas elecciones no habrá un cambio de marea pero si a las encuestas se le concede un valor esencial como herramienta prospectiva, los dos grandes partidos políticos de España están al borde del despeñadero. Y ninguna pequeña remodelación les sacará del problema.  Ni siquiera una rebaja de la crisis. Para algunos será un sueño y para otros, quizás, una pesadilla.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Otoño, una pira bestial




Hay días que una foto es más que mil colores. También huele. Quizá, si le echamos imaginación, la imagen de arriba podría trasladarnos su aroma de naturaleza viva. El bosque húmedo en otoño es un lujo bestial. El paisaje se enciende como una pira imponente. El poeta Octavio Paz escribió: "En llamas, en otoños incendiados, arde a veces mi corazón, puro y solo. El viento lo despierta, toca su centro y lo suspende en luz que sonríe para nadie: ¡cuánta belleza suelta!". 

Así es. Estamos en el inicio de esta estación multicolor. Momento para abrirse a todo lo que suena y se mueve. Preparados para lo mucho que huele y para todo lo que puede saborearse. Días de luz suave y de humedad, el tiempo nos ofrece una oportunidad para recuperar el sentido de los sentidos, y como dijo el naturalista Joaquín Araujo "serás de la vida como la vida es del tiempo". Aprovechemos este sol,  su luz crepuscular, para acercarnos al invierno gélido.


martes, 18 de noviembre de 2014

Pastor versus Iglesias


La cascada de opiniones que ha producido la entrevista que Ana Pastor le hizo el domingo al líder de Podemos Pablo Iglesias me han terminado de convencer para desempolvar el blog y exponer mi percepción al respecto. 

Adelanto: Ana Pastor no me gusta. Sus modos de suficiencia y esa mirada a su interlocutor que, por momentos, se torna desafiante siempre me han provocado una cierta aversión. Demasiados tics, demasiadas ironías triviales. Me impone su artificialidad, como si su fama hubiera sido cincelada a golpe de marketing y estrategia. Sobre Pablo Iglesias no tengo opinión, un día me gusta y al otro me genera dudas, pero él juega a político y yo estoy en la otra acera.

Dicho esto iré sin rodeos a la cuestión: La entrevista no me gustó. Estuvo repleta de tópicos, de los materiales que algunos utilizan para alimentar el fuego de la hoguera donde pretenden asar al rostro mediático de Podemos. Fue más un tercer grado en el que estaba prohibido profundizar ante "la cantidad de preguntas" que Pastor quería realizar, muchas de ellas presentadas con un planteamiento boxístico, que no aportó nada nuevo bajo el sol. Gran parte del tiempo lo pasaron apelando a subjetivos pecados capitales cometidos en el pasado por del líder de Podemos. "Usted dijo esto sobre Chávez, ¿se ratifica?... Usted aseguró esto otro sobre los presos de ETA, ¿mantiene su opinión?".

Algunos consideran que hubo falta de concreción en las respuestas de Iglesias. "No se mojó", indican, porque "mojarse", dicen, significa perder votos.  ¿Cómo que perder votos? O sea, que la audacia de las respuestas, es decir, dar soluciones diferentes a las que estamos acostumbrados a escuchar por parte de quienes han emponzoñado el sistema pueden ser grietas por donde "perder votos". Decir esto es no entender de qué va la cosa. Aquí se vuelve a la corrupción moral que nos han insuflado, a la autocensura política sobre temas que los grandes medios han laminado sin piedad y a la aceptación inconsciente de que hay un pensamiento único dominante y quien se sale de él es expulsado del mundo de forma irreversible. Yo no lo creo (ni lo veo así) así. 

Y regresando al tema original añado que estoy casi convencido de que muchas de las preguntas formuladas, Iglesias las conoce de memoria porque son las acusaciones que un día tras otro le hacen en tertulias y mentideros de este deficiente país que habitamos. Mismas preguntas de siempre, sólo que a más velocidad para que parezca un pulso decisivo, e idénticas respuestas "no vaya a ser que salga por la tangente, Vicente". Respecto a Podemos, sigo sin escuchar -porque leer parece imposible- una entrevista en profundidad y diferente con algún miembro de su Consejo Ciudadano. 

Tras una hora de combate es triste es que valoremos más el estilo y la fiereza de la entrevistadora que el contenido real de lo que propuso el entrevistado.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Perder la esperanza


Se que leer alguna historia más sobre Rodrigo Rato, Miguel Blesa y toda esa caterva de carotas que se han forrado a cuenta de muchos ciudadanos puede encajarse como un puñetazo entre los ojos. Pocos son los que no describen a este equipo de desfalcadores profesionales como carne de cañón, abandonados a su suerte, solos y apestados. Es lo que hay en esta España desvencijada de hoy cuando a uno le cazan con las manos en la bolsa. Resulta que Alí Babá y sus 40 ladrones pretenden ahora convencernos de que han entendido el mensaje, de que van a portarse bien y, por lo tanto, que confiemos de nuevo en ellos.

Por todo eso, era de esperar que los fontaneros mediáticos sacaran su caballería para atenuar el inevitable impacto contra el suelo de los partidos políticos, llamémosles, tradicionales. Salvo alguna brillante excepción somos testigos de una medición de fuerzas entre periódicos online y diarios en papel por iluminar o tamizar los rostros que surgen de las sombras del sistema. La jeta de Rato, tan afligido que cuesta pensar que haya roto un plato; la de Blesa, que ya parece una visa oro; la de Rajoy, de no enterarse por donde viene el viento; la de Pedro Sánchez, como Kent esperando a Barbie.


El ébola, el 9-N y el "peligroso" crecimiento de Podemos son los dragones recurrentes que debían despertar al San Jorge del actual sistema político. Es la democracia (o sea, ellos) contra el populismo (es decir, Podemos), dicen. "El pragmatismo frente a la utopía", escriben algunos tragasables que no saben donde tienen su mano derecha pero opinan de todo. Y así se arma un nuevo debate con su camisita y su canesú. En realidad, son armas arrojadizas que los dueños de las palabras sacan del cajón cuando interesa y lo repiten como un mantra. Ya ocurrió en el pasado con ETA y ahora ha vuelto a suceder. 

Quienes así maniobran son los mismos que retratan la crisis moral que gobierna España como una partida de cartas. E insisten, al final, "él no tomó la decisión (de robar)". Parecería a comedia bufa si no fuera porque quien escupe semejantes sandeces vive apoltronado en un despacho con el respaldo de una familia (político-económica) protectora detrás. Vamos, catetos como Eduardo Inda que da toda la impresión de tener a la Nintendo por el fin de la historia.

La incompetencia intelectual y formativa de semejantes personajes son demasiado excelsas para reconocerse como voceros de los que aspiran a heredar un poder destartalado. No leen y piensan lo justo, es decir, hasta donde llega la punta de sus zapatos. Más allá sólo hay donuts de chocolate.

Los mesiánicos de la seguridad democrática tienen que ser más elegantes, cojones. Y lo de reirse de los perroflautas con un vaso de cerveza a la sombra de una sombrilla... mmmm... pues muy mal hecho, fascistoides sin conciencia. ¿Qué pueden decir de ustedes que no cejan de descalificar en base a sus exigencias?

Aplíquense, por favor, si quieren meter en vereda a estos desgraciados del 15M. En la batalla de las ideas estáis perdidos. Son ustedes demasiado obtusos aplaudiendo sus propios desvaríos desde hace tanto tiempo. Nos conocemos muy bien. Les aconsejo abrir las compuertas porque insistir con el raca-raca de que los deseos reales de sus oponentes políticos es ganar dinero para vivir sobre la misma miseria moral en la que subsisten ustedes, ya no cala. Perdéis apoyos porque ven lo que vosotros, pobres superficiales, no sois capaces de contemplar cuando os colocáis frente al espejo. Sois carne de subvención y criticáis el gasto público. Qué miseria.

Exigís justicia social bajo las normas que a vosotros os viene mejor. Camuflais la verdad porque habéis fracasado. ¿Puede eso llamarse igualdad de oportunidades? No, por supuesto. 

Lo que pasa es que hay mucho cantamañanas en vuestras filas. Peña que dice que estos perroflautas que protestan son fardos de complicaciones. No me duele España. Lo que me duele de verdad son los tipos con principios fascistas y cara de Snoopy que preguntan por la tragedia de la inmigración y dan consejos contra la crisis mientras comparten hamburguesas en un club de gilipollas. También ponen velas a la virgen en honor de los niños de Haití.

Qué coñazo es perder la esperanza. 

martes, 18 de marzo de 2014

Sigue brillando diamante loco



La noche del invierno ártico comienza a levantar su gélido telón de hielo. La banquisa retrocederá en los próximos días de forma inusitada y la vida en el Polo Norte iniciará su renacimiento despojándose del ropaje  que exige unas circunstancias extremas. Gota a gota, el océano helado se irá derritiendo hasta dejar a la intemperie pedazos de tierra yerma. En unos días, llamativas franjas de colores iluminarán el cielo glacial por última vez: Son las auroras boreales. 

Aunque tardaron varios siglos en descubrir los motivos de su existencia, los esquimales siempre creyeron que la Aurora Boreal era el camino sinuoso que les conducía a remotas regiones celestiales. Así lo cuentan generación tras generación cada vez que esta misteriosa luz que alumbra la oscuridad de sus noches invernales aparece prendida del cielo. En realidad son millones de partículas cargadas de energía procedentes del sol que al contacto con los gases de la gélida atmósfera, reverberan. La ciencia acabó con la leyenda pero no ha logrado que su intrigante belleza provoque extrañas sensaciones de emoción en quien la contempla.

La fotografía que encabeza el texto fue tomada hace un tiempo desde la Estación Espacial Internacional (ISS), el gran ojo que ve lo que nadie puede. Es el momento exacto del solsticio de invierno, el 21 de diciembre, el instante crucial. El cielo reverbera como si el planeta fuera un imán. La vida en el extremo norte de la Tierra no sentirá calor pero soñará con mundos lejanos, a menudo más amables y sinceros del que ahora estamos fabricando. Quizá las ballenas y los osos polares nos ayuden a encontrar la respuesta a la sinrazón de nuestra destacada obra.


Pink Floyd - Shine On You Crazy Diamond

martes, 11 de marzo de 2014

11 de marzo: La Candela.


La candela es la unidad mínima de la intensidad luminosa. A menudo nos alumbra las sombras. A menudo nos recuerda a los que un día se fueron. Hoy es 11 de marzo. Han pasado diez años de una de las gloriosas demostraciones que el hombre hizo de la sinrazón que acompaña a su existencia. Sirva esta mínima candela para calentar el gélido frío de los muertos. Para sacudirnos el recuerdo de aquel espanto grotesco e inútil. Una candela que afloje los sentidos que se resisten al envilecimiento de la escritura, que sigue negándose a aceptar que tras tantas muertes hubo una sola explicación. 

Cada 11-M la palabra debería estar de luto, enterrada en un desierto de hierros como si se tratara de la muerte misma de toda esperanza. Por eso, hoy, diez años después, sigue resultando turbador observar como algunos siguen tejiendo con aquel dolor banderas de división. En España, en Siria, en Ucrania, en Venezuela. Olvidan que cuando la rabia despierta bajo la piel, el hombre busca cobijo, espejos donde encontrar unión y sentirse, como esta candela, una parte ínfima de esta frágil civilización. 

Pero seguimos escuchando palabras que desgarran y queman, que ahondan nuestra condición dividida, brutalmente a veces. Palabras incapaces de vencer al mal, de extraer del hielo una lumbre que temple este invierno gélido que habitamos. ¿Qué pensarán los muertos? Que esta candela de la fotografía sirva, al menos, para iluminar sus tinieblas.



Texto escrito el 11 de marzo de 2011.

lunes, 10 de febrero de 2014

España secuestrada



Creer en las palabras grandilocuentes de un gobierno es un gesto de educación. El presente es tan hiriente que cualquier éxito debería traernos un beneficio colectivo, un respiro laboral, por muchas diferencias conceptuales que podamos tener. Ya lo dijo el dramaturgo rumano Eugène Ionesco: "Las ideologías nos separan, los sueños y la angustia nos unen". 

Sin embargo, los cineastas, el mundo de la ciencia, la sociedad de la información y de la tecnología, el famoso I+D+I, la juventud, los pequeños empresarios, los autónomos, los parados, los jubilados y un sinfín de sectores clave llevan varios años estupefactos en España ante las resoluciones de las quinielas político-sociales del jefe de Gobierno y su ejecutivo. 

La eliminación de gasto público y el incremento de los costes de la vida con triquiñuelas de trileros desvergonzados, léase el recibo de la luz por ejemplo, siembra de dudas el trabajo de miles de personas que aguardaban silenciosos una fumata blanca favorable con el que dar salida a angustias personales que en muchos casos están terminando en desesperación cuando no en suicidio. Léanse también las estremecedoras cifras que acaban de ser publicadas

No ha supuesto una sorpresa. En el lenguaje del actual partido en el Gobierno de España, la competitividad siempre se ha utilizado como sinónimo de reforma laboral y de moderación salarial. Neoliberalismo de matriz neoclásica. La inversión en educación, cultura y desarrollo es una tarea privada y, por lo tanto, inestable ante los vaivenes de los mercados. 

Los esfuerzos públicos en este tipo de áreas son vistas como inversiones escasamente rentables a corto plazo. No cotizan en bolsa. Quizá tengan razón y resulte mejor apoyar sin remilgos a empresas que mejoran las prestaciones de seguridad de misiones de "paz" como la que se produjo la semana pasada en Ceuta contra inmigrantes subsaharianos. Parece que entramos en un periodo en el que la clave está entre la bolsa y la vida. Quizá estemos confundidos pero lo que parece evidente hoy es que, por mucho que se esfuercen los dueños de las palabras, la vida en esta España secuestrada es insalubre y nada esperanzadora. Cierro comillas.

sábado, 8 de febrero de 2014

Borja Lázaro, desaparecido (actualizado)


Borja Lázaro tiene 34 años y es reportero freelance. El pasado 8 de enero desapareció en Cabo de la Vela, un pequeño pueblo enclavado en el departamento colombiano de La Guajira, en el noreste del país y fronterizo con Venezuela a donde se había desplazado para realizar un trabajo fotográfico con las comunidades indígenas locales. En el hostal donde pernoctaba encontraron todas sus pertenencias: ropa, las cámaras, mochila, pasaporte e, incluso, las chancletas que utilizaba bajo la hamaca. Una desaparición sin huellas que rastrear. Como si se hubiera volatilizado de este mundo. 

Desde entonces, más de 350 uniformados le buscan por mar, cielo y tierra. Hace unos días se unieron  el Ejército y la Armada colombiana. La investigación baraja tres hipótesis: que se haya ahogado en el océano, que se encuentre perdido en el desierto o que haya sido secuestrado. 

Las dos primeras opciones pierden fuerza: Si se ahogó, el cuerpo aparece días después en un mar calmo. Lo de darse un paseo por el desierto con las manos vacías es un viaje a la perdición para una persona experimentada como es Borja. Queda el tercer dilema y aquí es donde todo se vuelve verosímil.

La Guajira es una zona tremenda donde rige la ley de las mafias. Los periodistas son testigos repudiados para una ley del silencio. El ex gobernador del departamento, Francisco "Kiko" Gomez fue detenido en octubre del 2013 acusado de participar en los asesinatos del concejal Luis López Peralta en 1997; y de Luis Alejandro Rodríguez y Rosa Mercedes Cabrera en 2000. También está acusado de tener nexos con los paramilitares de las AUC que lideraron Jorge 40 y Salvatore Mancuso. 

El día de su arresto, la policía de La Guajira opuso resistencia a su captura ordenada por la fiscalía y, según algunas informaciones de toda confianza, hoy sigue ordenando asesinatos desde su celda en la cárcel La Picota de Bogotá. El jefe departamental de policía, responsable de que sus hombres repelieran a los enviados judiciales enviados desde Bogotá, fue trasladado a un cargo de igual jerarquía en otro departamento. Sin sanciones. 

Ademas, uno de los que se ha postulado para gobernar de La Guajira tras las elecciones que se celebran en marzo es primo hermano de Kiko Gómez. Todos dan por seguro que existe una alianza entre ambos ya que en La Guajira funcionan los clanes familiares derivadas de la tradición wayúu.

El exgobernador mantiene su alianza con un narco, Marquitos Figueroa, el amo y señor de los grandes contrabandistas de la gasolina procedente de Venezuela. Varios periodistas, al menos cuatro, que investigaron y denunciaron esta situación se han visto obligados a exiliarse o huir de la región para salvar su vida. 

¿Dónde está Borja Lázaro en estos momentos?

Hace tres días, una buena periodista colombiana me comentó que los Wayúu de la serranía de Macuira, en La Guajira colombiana, informaron que un grupo ilegal tiene a una persona retenida en esa zona. No conocen su identidad pero sí que lo trasladan de sitio por las noches.

Seguimos buscándole y no cesaremos hasta saber su paradero y conocer la verdad. Este es su trabajo fotográfico. Hermoso. 

jueves, 6 de febrero de 2014

Ante el drama ocurrido en Ceuta: Una carta a la situación de los inmigrantes

"No hay cacería como la cacería humana y aquellos que han cazado hombres durante bastante tiempo y han disfrutado no vuelve a importarles nada" Ernest Hemingway

He decidido recuperar la carta que un amigo me envió hace ya unos meses. Hay muchas cosas que no comparto con él pero nuestra vida siempre ha evolucionado sobre discusiones laberínticas, unas veces acaloradas y otras muertos de la risa, en nuestro vano intento de arreglar el mundo. Me pidió que mantuviera su anonimato aunque no lo entienda. Aunque el tiempo y la vida nos ha separado quizá para siempre, así lo haré. Es su derecho y tampoco lo comparto. Aquí dejo su opinión sobre la inmigración y nuestro mundo. Lo sucedido hoy en Ceuta lo reclama. Estas son sus palabras:

Tempestades en el Cantábrico



La costa es la frontera entre la tierra y el mar. El más dinámico de los hábitats del planeta. Sus habitantes se enfrentan al reto de los cambios constantes y extremos. A las mareas descomunales. A crecidas espantosas. Sólo con mirar la foto se entienden los motivos. Casi a diario la tierra es azotada por olas que, a veces, adquieren proporciones colosales antes de agredir los promontorios con la fuerza de mil trenes de mercancías. Demasiada energía como para no transformarla en luz.

Cuanto mayor es la altura de las olas, mayor es la cantidad de energía que pueden extraer del viento, de forma que se produce una realimentación positiva y aumenta su velocidad. Y por extraño que parezca, miles de especies, entre ellas el hombre, dependen de estas perturbaciones para vivir o morir. 

Uno de los más espectaculares milagros se produce en las aguas del Mar Cantábrico, uno de las más violentos del planeta. Allí se encuentra el hábitat ideal para cientos de animales que cazan sin cesar desafiando los vientos invernales. 

Algunos pájaros, como la gaviota, se lanzan en picado contra el embravecido mar en busca de peces aunque pocas veces alcancen su objetivo. A otros, como el hombre, no les queda más opción que emprender una lucha agónica contra el oleaje atlántico para alejarse de tierra y pescar. Un esfuerzo titánico que pone los pelos de punta. 

Ahora, la mar lleva varias semanas enfurecida sin tregua. Desde cabo Roncudo en Galicia hasta cabo Higer en Euskadi. Una marea salvaje que los días de borrasca ruge como un león hambriento. Pero en la costa cantábrica, la mar, más que un medio de vida es una vocación. Y cuando no hay pesca o el tiempo se encabrona, no hay ingresos. Ahora, un temporal de tres semanas ininterrumpidas está dejando pegado en acantilados y playas una angustia infinita para miles de familias que dependen de la pesca para subsistir. 

Un marinero de Bermeo me dijo una vez que cuando las gaviotas no comen "cagan blanco y ahora yo cago blanco". Una forma suave de explicar un futuro negro como la noche, un porvenir de migración que, a no ser que cambien las cosas, le llegará puntual como una marea lunar y sin un euro en el bolsillo.

Hoy, los puertos cantábricos han sido sellados para protegerse de tanta hostilidad marina. Diques rotos, barcos hundidos, media docena de muertos, comercios sumergidos. Cientos de millones de euros en pérdidas de todo tipo. El martes la marea subió enferma de ira. Como una galerna inesperada, tremendos nubarrones tiñeron de gris el fabuloso escenario. Un buque fantasma con miles toneladas de fuel en su interior llamado ‘Luno’ fue arrastrado sin piedad contra la costa vasca y estrujado contra las rocas. El resultado puede apreciarse en la fotografía. Un juguete roto en manos de un Leviatán que al menos perdonó la vida de su tripulación.

Pero la necesidad y la pena comienza a apretar el alma de los vivos. Para la fauna y flora del litoral vivir en un medio tan hostil es algo existencial. No podrían hacerlo en otro lugar. Para ellos, cada amanecer es un éxito y cada anochecer el momento para contabilizar sus naufragios. Exactamente igual que para el hombre del mar.

martes, 28 de enero de 2014

¿Qué es el progreso?



Esta foto muestra un paisaje turbador. Bajo un cielo en llamas se observa una fábrica camuflada entre nubes industriales con perfume oxidado y color de caramelo. El gigante telúrico parece haber devorado el resto de las cosas entre el tenebroso color del horizonte y un cielo despejado que pugna por ganar la batalla. Alguna vez llegamos a pensar que el progreso era todo esto. Pero no. Aquí es difícil vivir. Pese a los estragos del paro, pese a las promesas de desarrollo para sobrevivir. 

Con una crisis inducida y aguda como la que hoy nos sacude sin piedad, una imagen como esta es todo un signo de esperanza. De trabajo y consumo garantizado. Pero sólo es un espejismo. Como las chimeneas humeantes de este bucólico amanecer. No funden hierro sino sueños. 

Son tantas las quemaduras económicas que la esperanza escuece. El paro galopante, la falta de liquidez financiera y el derrumbe del sentimiento de clase han entregado el timón del mundo a extraños conductores que juzgan, deciden y ejecutan sin que los demás lleguemos a entender las normas que rigen este nuevo juego. Una versión modernista de ‘El proceso’ de Kafka.

Provoca vértigo observar las similitudes que los amos de la realidad actual comienzan a encontrar con los siniestros personajes que el genial escritor checo dibujó en su novela. Y así, de la misma forma que por las fauces de este dragón siderúrgico sale CO2 a la atmósfera sin que aparentemente nada suceda, espesas sombras seguirán extendiéndose por el mundo hasta que el hastío de la gente se manifieste como un puño cerrado.