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lunes, 2 de julio de 2012

El repago y los desafiantes

Se llora de crisis en España y la única puerta que nos muestran para contener el desmoronamiento de nuestra economía es la reducción drástica del gasto público y una reforma laboral delirante con los derechos de los trabajadores. Dicho así queda muy analítico y profesional. Sin embargo, miles de personas, muchas de ellas más interesadas en ver "Amor en tiempos revueltos" que los narcotizantes debates de actualidad de cada anochecer,  han sufrido hoy una punzada de dolor en plena barriga: El Repago, el medicamentazo o como quieran ustedes llamarlo, ha entrado en acción. Más de 400 fármacos carecen ya de la financiación del Estado. 

El Gobierno vasco se ha negado a aplicar la medida. También Andalucía y Cataluña pero Euskadi lo ha hecho de una manera más desafiante, es decir, más clara, oiga. Hace unos días se aprobó un decreto que garantiza la gratuidad y universalidad del sistema sanitario público "para todas las personas que residan en la comunidad" con el mantenimiento intacto de los niveles de aportación en el pago de los medicamentos. En una frase: Deja sin efecto el copago farmacéutico impulsado por el Gobierno central. Y no sólo eso sino que además Osakidetza también ha confirmado la asistencia gratuita a extranjeros en situación irregular. Lo que hace dos años era mejorable hoy se ha transformado en el progreso. El caso , está ahora en manos del salomónico Tribunal Constitucional de cuyo veredicto se determinará la abolición o el mantenimiento de la norma.


La respuesta del Ejecutivo español ha sido la esperada. La megaguay de Ana Mato ha levantado su lindo dedito para exclamar: "Las leyes deben cumplirse". Pues mire usted que no, señora Mato, no vaya a ser que la siguiente que dicte sea hacerse el harakiri a los 65 años. Hay normas tan injustas que merece la pena enfrentarse a ellas. Una cosa es la legalidad y otra la legitimidad. Aunque también podemos recordarle lo que ustedes promovieron contra las medidas anticonceptivas hace unos pocos años. Pero claro, aquello era sentido común y esto es un desafío periférico de los que tocan los huevos, vamos.

Aunque no sería de extrañar que el mentiroso y soberbio Gobierno del que forma parte la señorita Mato ya esté maquinando su fria venganza. Por ejemplo, recomendar a los ciudadanos de otras comunidades autónomas ir a comprar sus medicinas a farmacias del País Vasco con lo que el barullo sería fabuloso. Les veo capaces de todo, incluso de reproducir el asedio de Numancia en el siglo XXI, porque para este Gobierno neoliberal la política es como un juego de guerra.

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