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lunes, 15 de octubre de 2012

Yasuní ITT, el paraíso amenazado


Podría haber elegido a un bracero cortando un tronco milenario o a un bombero sofocando las llamas de un incendio provocado. Podría mostrar el testimonio directo del horror, revelar lo pavoroso, destapar la herida.

Sin embargo, he decidido ilustrar la selva amazónica con la esencia pura de esta región única del planeta aunque para nosotros resulte un tanto idílica e irreal. Esto que ven arriba es el Yasuní, un paraíso húmedo del Ecuador donde los colores agotan el espectro y miles de olores confluyen hasta reventarnos los sentidos. Bajo la cúpula verde habitan 5.000 especies de plantas conocidas, cientos de miles de insectos, 2.274 de árboles y arbustos, 596 tipos de aves, 271 de anfibios y reptiles, 499 de peces y 204 de mamíferos. Es el hogar de las dos últimas tribus no contactadas de Ecuador:  los tagaeri y taromenane.

Pero el deseo del hombre por extraer sus recursos ocultos en el subsuelo es muy poderoso. Quieren cargárselo y convertir este pedazo de jungla intrincada en un inmenso cuadro de naturaleza muerta. En un Eurovegas petrolero. Está empeñado en ello. Y presionan como depredadores hambrientos.

El Gobierno de Quito lucha a brazo partido por impedirlo. Su proyecto Yasuní ITT pretende salvaguardarla con la ayuda de todos, especialmente de los Estados poderosos a los que un día se les llenó la boca con frases vacías en la Cumbre del Milenio. Yasuní es de Ecuador pero su preservación depende de todos.  En la ONU están los detalles de este proyecto único de conservación natural pero los ricos han decidido congelarlo. No quieren contribuir a mantenerlo alejado de las garras del consumo desmedido, quizá porque les queda demasiado lejos de sus casas, quizá porque no saben hacer otra cosa que poseer y destruir. 

A su alrededor, más de 6 millones de kilómetros cuadrados van mermando cada minuto como si un cíclope se alimentara a mordiscos de esta tierra para reforzar su poder omnímodo. Es la amenaza. Quizá sea por envidia ante tanta belleza natural que disfrazamos de codicia. Mercado es la palabra maldita.

Quien fuera ministro de Educación del expresidente brasileño Lula, Chico Buarque, fue interpelado un buen día por un estudiante en EEUU sobre su posición ante la presión del "lobby" maderero -mayoritariamente estadounidense- para que se internacionalice la gestión de este rincón de la Tierra. Su respuesta, que podría ser también la de miles de ecuatorianos, fue contundente: 

"Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, hagamos lo mismo con las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio. Y de la misma forma el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Quemar esta selva es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación". 

Creemos que estas palabras resumen bien muchas opiniones que hoy en día se han convertido en bandera de una gran indignación internacional. Yasuni ITT, un gran proyecto para el planeta. 

Aquí les dejo un gran documental, ganador de un Premio en el Festival de Cannes.








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