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sábado, 4 de diciembre de 2010

Controladores aéreos: el triste declive de Zapatero


Lamento profundamente que mi voz no se una a las múltiples, coléricas y lógicas voces que desde el viernes están linchando a ese colectivo de mercaderes en el que se han convertido los controladores aéreos. Es más, me reafirmo en la opinión que mantengo desde el mismo dia que el presidente del Gobierno incluyó la gestión de los aeropuertos dentro del paquete de reformas favorables al sector privado para amortigüar una situación desesperada: Sobre este colectivo se vierten toneladas de falsedades teñidas de un patriotismo hipócrita.

Sabido es que los controladores aéreos son unos privilegiados, con unos sueldos astronómicos, muy por encima de lo que ganan sus compañeros del sector en otros paises del mundo. Sabido es que el Gobierno de Zapatero lleva seis años a puñetazos con ellos. A puñetazos, sencillamente, porque los controladores son parte de la estructura funcionarial del Estado. Eso no pueden cambiarlo o sí (y por presiones económicas les ha salido hacerlo ahora, con dos cojones). Entonces, de modo cíclico, el Gobierno se rasga las vestiduras, haciendo parecer delincuentes a quienes no lo son

A ver, aclarémonos: por supuesto que estoy en contra de la huelga brutal que ha dejado en tierra a miles de ciudadanos. Pero si de verdad quisiéramos actuar con equidad y sentido común, lo primero que debería haberse hecho, y no ahora, cuando ya parece tarde para muchas cosas, sino hace mucho tiempo, es explicar con claridad lo que está sucediendo en realidad en un mundo que economicamente está al borde del hundimiento . 

Ellos, los controladores aéreos, hicieron bandera de sus éxitos colectivos. Los otros, el Gobierno, han emitido tres decretos y una orden ministerial en los últimos seis años para seccionarles la yugular. Pero como es sabido, donde hay ley siempre hay trampa. Y hete aquí que ahora, cuando el Gobierno de Zapatero está a punto de tirar la toalla y convocar elecciones anticipadas, cuando la reacción desesperada de este Ejecutivo socialista ha sido repudiar de sus principios socialdemócratas para abrazar, día tras día, el falso salvavidas neoliberal que banqueros y especuladores le han lanzado, nos dice: «Mano dura y Estado de Alerta nacional. ¿Verdad que es lo que ustedes querían?». Así de sencillo. Todo esto me resulta cínico y nauseabundo, porque este Gobierno ha demostrado tener una actitud política muy cercana al fascismo contemporáneo.

Desde luego, los torpes fontaneros de Moncloa llevan tiempo estigmatizando a quien se muestre contrario a la deriva económica que nos ha colocado a los pies de los caballos de los grandes especuladores del FMI (que está destrozando muchos sueños, muchas pequeñas economías y muchas alternativas a un sistema financiero cutre y putrefacto). Las mismas recetas que han llevado a este mundo, el que ayer era el mejor de los mundos posibles, a la locura y la depresión.

Los grandes bancos, los autores intelectuales de este formidable cataclismo que hoy padecemos, siguen teniendo los privilegios de dictar órdenes y señalar con el dedo el camino correcto para tener una economía saludable con la que salir del infierno. Ellos (los banqueros) inocentes y comprometidos con la sociedad. Los ciudadanos, no. Y aún peor: se estigmatiza a los controladores aéreos llamándoles codiciosos. Jamás entenderé que se castigue a los pequeños usureros del sistema, mientras que los maestros del camuflaje (y no me hagan mentar a quien llevo en mente, que ya bastantes guerras he tenido que cubrir) siguen tan panchos. 

Empieza a ser hora de que a esta sociedad -y ahora me refiero a la española- se le dé la vuelta por completo, de arriba abajo y de izquierda a derecha. Como si fuese un calcetín. En lo que a mí respecta, si algún día alguien me viene con el cuento de que el mundo es así y que no quiere escuchar este tipo de rollos porque se deprime, haré un esfuerzo sobrehumano por no partirle la boca de una hostia. Lo juro.

3 comentarios:

Leila Nachawati Rego dijo...

Acabo de descubrir este blog y ha sido una agradable sorpresa. Gracias por poner un poco de cordura en medio de tanta tensión y tendencia al linchamiento. Este texto transmite muy bien la desesperación que muchos compartimos al ver que el poder económico sigue en manos de los mismos que nos han llevado a esta situación. Toda mi solidaridad, en cualquier caso, con quienes han tenido que sufrir la huelga, en un momento en que las pequeñas ilusiones y evasiones son más necesarias que nunca.

Gorka dijo...

Muchas gracias a ti , Leila. Tus palabras son muy bonitas.

Nazaret Castro dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo, Gorka. Cuando leí en la noticias lo del estado de alerta, simplemente no me lo podía creer... tuve que leerlo por lo menos tres veces para empezar a entender. ¿Nos hemos vuelto todos locos? Un amigo porteño me lo resumió así: "Hasta ahora pensaba que son malos gobernando; ahora pienso que son malos", a secas. En fin.
Y absolutamente de acuerdo, también, con Leila ;)