Como el bebé de la fotografía, Más que Ciencia seguirá tomando teta durante algún tiempo más. Necesitamos el nutritivo alimento que nos proporcionáis cada día. Con vuestros comentarios, con los guiños cotidianos. Hoy cumplimos un año en compañía de 1.041 amigos a través de Facebook, 266 en Twitter y un número importante en nuestro blog. Así resulta más sencillo digerir las dificultades que este mundo que nos ha tocado vivir nos pone diariamente en el camino. El más complejo no es el dinero (que necesario es y grave también en tiempos de profunda crisis y falta de ideas). Es el desinterés y la egolatría que nos rodea. A todos. Vencer a estos dos becerros de oro es como subir una gran montaña y adentrarte en ese espacio donde todo se vuelve lento y pesado. Y cada movimiento que haces es casi una hazaña.
Permitirme que hoy hablemos de nosotros, no como un reflejo de la vanidad sino como un acto de transparencia. Desde esta página y desde el blog llevamos un año intentando transformar los conocimientos abstractos en una bitácora al servicio del hombre. Ese fue el origen de la procreación de MQC y sigue siendo nuestra premisa. Cierto es que ni es la única ni la más importante, pero sí el propósito del grupo de personas -entre las que me encuentro- que hace un año decidimos inventarnos la revista-blog Más que Ciencia y sacarla a la luz.
¿Cuál es el propósito? Pues asentar una revista que publique artículos de investigación amenos y pedagógicos. Escribir como hablamos. Huir del cliché que nos domina, ese de que escribir bien es escribir palabras difíciles que deben ser revisadas en el diccionario.
Aquí, la medusa es una medusa, no "un cnidario de cuerpo gelatinoso con forma de campana de la que pende el manubrio tubular con la boca en el extremo inferior, prolongado o no por largos tentáculos". Cada artículo que publicamos es evaluado previamente, revisado con dedicación porque la vida es un juego serio. Aquí no hay anzuelos. El dinamismo está en vuestras manos (con sugerencias, críticas y apreciaciones) y también en las nuestras (acertando en el tono y la precisión). De todos depende que esta locura siga siendo fascinante y tenga sentido en estos tiempos de autocomplacencia que vivimos. Espero que sigamos disfrutando al menos otro año más.
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