Ante la situación que se vive en España, ante el Golpe de Estado progresivo que cada día nos asestan estos negreros de traje y IPad de nueva generación, estoy cansado de guardar una compostura educada y racional. Estoy harto de ustedes y de su arrogancia formal, de sus mentiras, de sus cambios de opinión, de sus críticas, de sus leyes, de sus ruedas de prensa y de sus comparecencias públicas.
Buscáis un pueblo sumiso y doblegado que sólo suplique compasión y caridad. Estoy armado de razones para despreciaros porque tengo tiempo. Tiempo para estudiaros, para balancear vuestras decisiones, para escuchar a quien lo está perdiendo todo o ya lo perdió. Tiempo para pensar.
Me siento aburrido de vuestras jetas, de las sonrisas que intentan cubrir vuestras sucias pretensiones, como hojas muertas en medio de un campo yermo. No sois nada porque carecéis de decisión y sólo tenéis el arma de la mentira rastrera para amedrentarnos. Ya no me callo: Váyanse al carajo de una vez, canallas del tres al cuarto. No tengo ganas de seguiros más.
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