Mucho antes de entender que la vida no es un juego ingenuo, estos niños de Chernobil soñaron con una oportunidad extraordinaria que nada tenía que ver con aventuras maravillosas ni con piratas de cuentos que no les sirven ni para calentarse las manos. Cientos de ellos viven con dolencias que van desde el estrés postraumático hasta el cáncer.
Si bien es cierto que la atención internacional brindada fue y sigue siendo grande, alrededor del 67% de los afectados viven abandonados en orfanatos, y lo que es peor, sin posibilidades económicas para tratar sus enfermedades. Países como Cuba siguen evaluando y tratando a estos pequeños pacientes, incluidos trasplantes de médula para quienes padecen leucemia.
Organizaciones como la gallega Asociación Ledicia Cativa, la castellano-leonesa Ven con Nosotros y las vascas Chernobil Elkartea y Chernobileko Umeak acogen temporalmente a menores afectados. Entre tanta devastación, estos niños parecen dispuestos a remontar entre juegos el mar de las decepciones al que fueron sometidos por sus antecesores.
Fotografía: ©Ángel Navarrete
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